miércoles, abril 05, 2006

ÉTICA Y PERIODISMO

Por: Miguel Montes Camacho

La ética a lo largo de la historia se ha constituido en la ciencia normativa encargada de establecer preceptos y valores universales que tienen como objetivo principal la regulación del comportamiento humano, dicho de otra manera la ética, no es mas que el intento racional de averiguar cómo vivir mejor, y su objeto es darnos las pautas dentro de nuestra libertad para así conseguirlo.

El ser humano buscando esa mejor calidad de vida, ciñe su actuar a una serie de normas que le indican el camino a seguir, dichas pautas son sólo eso, una guía que él está en libertad de cumplir o no. Estas normas se extienden también al campo de lo laboral o profesional y es ahí cuando hablamos de la deontología (ética profesional) que podría definirse como la ciencia normativa que estudia los deberes y los derechos profesionales de cada profesión y que nace por la necesidad que todo trabajador tiene de desarrollar una conciencia que defina la lealtad que le debe a su trabajo, profesión, empresa y compañeros de labor.

El periodismo no escapa de ese código ético que todo oficio debe tener, y es quizá el comunicador uno de los profesionales que más compromiso debe tener con la ética y con la rectitud a la hora de hablar y actuar. La actividad periodística debe estar siempre enfocada hacia la búsqueda incesante de la verdad, el ser periodista implica un gran compromiso con la sociedad que confía casi ciegamente en la información que recibe a través de los medios de comunicación.

Para aquellos que tienen en sus manos la gran responsabilidad de informar siempre en primer lugar, está la verdad; pero ¿qué es la verdad para el periodista? ¿puede el periodista ser objetivo frente a determinados hechos que tienen distintas lecturas?
Esto es posible pero se debe escribir con responsabilidad sobre los hechos y no sobre las personas, la verdad será siempre el mejor aliado del periodismo serio, responsable y con peso en la opinión pública

Los lectores premian a los periodistas que son responsables en sus opiniones, ellos valoran los escritos que se ciñen a la objetividad posible. Un comunicador que sabe lo que escribe, definitivamente tendrá siempre seguidores que cada día busquen sus notas para saber la verdad de los hechos. La esencia de la ética periodística, no sólo está en conocer la verdad para difundirla, sino también saber cómo decirla sin necesidad de manipular la información
Para nadie es un secreto que vivimos en un mundo en crisis, en el que la ética parece reducirse solamente al papel, está ahí entre nosotros pero cada vez es más ignorada, hoy día es muy común ver como los imperios modernos que proclaman valores como justicia, verdad, orden y libertad traspasan cualquier límite ético o moral para lograr intereses particulares, y lo peor es que nos envuelven en un artificio del que se nos hace casi imposible escapar.
En Colombia específicamente elegir el periodismo como profesión es un riesgo que cientos de valientes deciden correr a diario, todo porque están convencidos de que haciendo su trabajo de una manera correcta contribuyen en gran medida al desarrollo del país en todos los aspectos. No olvidemos que el periodismo es la más noble de las profesiones o el más vil de los oficios, según cómo se use. La construcción de una nueva sociedad latinoamericana depende en gran parte del periodismo como institución rectora de la opinión pública
En nuestro país es frecuente ver como los medios de comunicación son de alguna manera señalados o perseguidos por el gobierno, todo porque los éstos tratan en lo posible de mostrar a la opinión pública las problemáticas y realidad social que vivimos a diario. Y es en este punto donde empieza el dilema de los profesionales de la comunicación quienes deben elegir entre informar al público los hechos u operar como extensión del gobierno o escuderos de los anunciantes y soportar el peso de la crítica.
Esta difícil decisión sólo la puede determinar el profesionalismo, las libertades editoriales y políticas internas del medio donde el informador trabaja. Desafortunadamente el periodista no vive en una burbuja que lo aísle de la realidad del país y que lo libre de pertenecer a una clase social, de tener un credo religioso, inclinarse por una ideología política o poseer una preferencia partidaria. El comunicador no tiene una vacuna que sencillamente lo libre de verse obligado a utilizar hábilmente las herramientas del discurso informativo como su única defensa; tampoco escapa de convertirse en cómplice de la venta de una agenda noticiosa en período electoral, para favorecer a un partido político, o de estar maniatado por una cuota publicitaria, y mucho menos podría estar libre de recibir prebendas de cualquier naturaleza, bautizadas de obsequios, incentivos o reconocimientos.
Notamos entonces que el ejercicio periodístico está sujeto a un sin número de situaciones y conflictos éticos de los que no siempre se sale bien librado, la honestidad, responsabilidad, veracidad, objetividad y demás valores que debe poseer y cultivar un comunicador en algún momento a lo largo de su carrera se pondrán a prueba y éste debe estar dispuesto a ratificar su lealtad frente al compromiso ético que tiene con la sociedad.
La otra cara de la moneda son precisamente las audiencias (lectores, televidentes, cibernautas) quienes son los directamente implicados en la recepción de las informaciones emitidas a través los mass media; éstas personas pueden o no aceptar los mensajes, y actualmente se está haciendo más evidente por parte de las perronas una actitud de prevención frente a lo que ven y escuchan, todo porque a diario los medios con el fin de lograr un beneficio económico cargan sus contenidos de publicidad, propaganda y todo tipo de interese diferentes a la simple emisión de la información. "El producto que los medios ofrecen a esos publicistas son sus lectores y ahí es donde aparece la raíz de la deshumanización y del irrespeto sistemático hacia el lector en los medios de comunicación. Los medios y periodistas, generan material débil o que no responde a las necesidades de sus audiencias, y a cambios les dan simple diversión. Con esto ha ocurrido algo más grave y es que el medio de comunicación los ha vendido a cambio de publicidad"
Surge de esta manera otro problema, y es la seriedad en los contenidos que los comunicadores incluyen en sus programas, hay que hacer productos periodísticos de calidad en los que la gente se vea reflejada y que responda realmente a las expectativas y necesidades que ellos buscan satisfacer a través de los medios masivos de comunicación. Caer en el juego de la publicidad es muy sencillo, pero el no hacerlo le da al comunicador una gran cuota de credibilidad que el público se encargará de reconocer.
El periodismo es un oficio complicado, en el que no sólo se ve involucrado el periodista como tal, sino que también se ven afectados aquellas que se informan a través de esos medios. El comunicador antes que todo es persona, y como tal tiene unos valores compartidos con esas audiencias, se trata entonces de ponerse en el lugar de ese público y de analizar si está o no cumpliendo de manera indicada con el trabajo que le corresponde.

1 comentario:

Yusly dijo...

hola mi querido Miguel, que bien que hayas abierto tu blog y sobretodo que estes alimentándolo con tan buenos escritos. bienvenido al mundo blogger.